Para 8 raciones abundantes
- 4 huevos
- 150 g de puré de castañas sin endulzar *
- 70 g de sirope de ágave
- 500 g de queso mascarpone
- 350 g de nata espesa
- 12-16 bizcochos de soletilla
- 60 cl de café fuerte
- 30 cl de sirope de arce o miel de caña
- Cacao puro en polvo para espolvorear
- Se cascan los huevos y se separan las yemas de las claras, se reservan estas últimas en el frigo.
- Se pone el puré de castañas en un cacito con el sirope de ágave y se remueve hasta que se mezcle bien todo. Se añaden las yemas y se calienta todo muy despacito, removiendo sin parar, hasta que espese. Si se tiene miedo de que se corte se puede hacer al baño maría, aunque se tarda más. Una vez espesada esta crema, se retira del fuego y se deja templar un poco.
- Mientras se enfría, se bate el mascarpone con la nata hasta que se mezclen bien.
- Se añade la crema de castañas y se bate todo bien de nuevo para amalgamar. Debe quedar una crema relativamente fluida, que se pueda dosificar en las copas o moldes después de añadirle las claras montadas.
- Se trocean los bizcochos y se van poniendo en el fondo de ocho copas o cuencos.
- Se mezcla el café con la miel o el sirope de arce y se dosifica sobre los bizcochos colocados en las copas.
- A continuación, se montan las claras a punto de nieve duro.
- Cuando están bien montadas, se añade la crema de queso y castañas y se mezcla todo bien con movimientos suaves y envolventes. Se distribuye toda la crema entre las ocho copas, sobre los bizcochos. Si queda un poco espeso, se golpean las copas con cuidado sobre una superficie dura para que se asiente la crema y se nivele la superficie. Se meten las copas en el frigo toda la noche para que se asiente todo.
- Las raciones son generosas, si queréis unas raciones más modestas se puede dividir la mezcla entre 10 o 12 recipientes.
- Al día siguiente, cuando se vaya a servir el tiramisú, se adorna cada copa con dos o tres castañas en almíbar y se espolvorea cacao en polvo en el último momento.
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